Cuando la Tierra nos pide ayuda
La desertificación es la degradación de la tierra en las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas. Está causada fundamentalmente por la actividad humana y las variaciones climáticas. Este proceso no hace referencia al avance de los desiertos existentes. La desertificación se debe a la vulnerabilidad de los ecosistemas de zonas secas, que cubren un tercio de la superficie del planeta, a la sobrexplotación y el uso inadecuado de la tierra. La pobreza, la inestabilidad política, la deforestación, el sobrepastoreo y las malas prácticas de riego afectan negativamente a la productividad del suelo.
Cada 17 de junio celebramos el Día Mundial para Combatir la Desertificación y la Sequía con el fin de concienciar acerca de las iniciativas internacionales para combatir estos fenómenos. Esta fecha nos brinda una oportunidad única para recordar que se puede neutralizar la degradación de las tierras mediante la búsqueda de soluciones, con una firme participación de la comunidad y cooperación a todos los niveles.
La materia requiere una importante atención aún más especial en estos tiempos, considerando la situación de COVID-19. Acciones basadas en la comprensión clara de los derechos, recompensas y responsabilidades en la gestión de la tierra puede ayudar a abordar las consecuencias de COVID-19 al abordar uno de los principales factores ambientales de los brotes emergentes de enfermedades infecciosas como es la pérdida de biodiversidad. Al mismo tiempo, fortalecer la resiliencia de nuestros sistemas alimentarios e hídricos puede ayudar a reducir los efectos de la pandemia en la pobreza mundial y la inseguridad alimentaria. Hoy, el lema “ Suelo sano = gente sana", promovido por la Convención para Combatir la Desertificación, es más cierto que nunca.
Mas información en:
https://www.un.org/es/observances/desertification-day